martes, 14 de febrero de 2017

POR SI PUEDE INTERESAR

Fui  un muy mal  alumno.

Y, aunque cada anochecer de mi infancia  regresaba a casa perseguido por la escuela, y mis boletines  de notas llegaban  a  casa  repletos de rayas rojas ( símbolos  de  mala conducta  en los colegios de  los jesuitas),   de  que cada año era expulsado una semana a casa , que repetí tercero de bachillerato, y fui expulsado definitivamente  del colegio de El Salvador ...la verdad es que  vivía tan feliz  y  tan  campante.

Ser de los últimos  tiene  sus  ventajas. Después, ya en el circuito de la vida , tienes una enorme resistencia al fracaso. Vamos, que te da  lo mismo.

Yo  era un negado para la aritmética  y  para las matemáticas luego, vago de  tomo  y  lomo, con una imaginación  enloquecida  que me  hacía estar  en todos los sitios , excepto donde debía  de  estar.   (lecciones no sabidas, deberes no hechos), llevaba a casa unos resultados lamentables.

Me  hicieron muchos tests  de  inteligencia , pero  como eran de series y cronometrados, me ponía como una moto y respondía al buen tuntún.

 —¿Comprendes? ¿Comprendes al menos lo que te estoy explicando? ...¡¡¡PERO  ESTÁS TONTO, O QUÉ?...¡¡¡PERO  CÓMO NO LO VES, COÑOOOO!!!

Y yo no comprendía. Fijarme me fijaba, y hasta parecía que entendía  la problemática , pero, quiá, no me coscaba de nada.

Aquella incapacidad para comprender se remontaba tan lejos en mi infancia que la familia pensaba que  lo mío era de cuna.

- Átalo, coño- decían mis tíos. 

Y no era broma. Cuando me  quedaba  a  su cuidado  me ataban.

Si alguien  que  me lee  mi testimonio  le recuerda  a su hij@ , tranquila:  esta es tu página.

Yo para  mis padres era  objeto de estupor, y de un estupor constante, pues los años pasaban sin aportar la menor mejoría a mi estado de embotamiento escolar.

"¿Pero sólo sabes hacer el idiota?, ¿no ves  que todos  se   ríen de ti?,, " ¡tú serás carne de presidio!" ,  «me quedo de una pieza, tú  me  estás  tomando el  pelo», «Es para no creérselo»...esas eran  las  exclamaciones familiares,

Aparentemente, todo el mundo comprendía más deprisa que yo. Por ejemplo, jugando a dominó sacaba de quicio a mis parejas.

- ¡Mecagüen la puta, Suso, ¿no has visto que te he marcado el seis doble?

Yo  no me enteraba. Pensaba que era un juego de suerte, no de  inteligencia. 

La  primera vez que alguien  se dio cuenta de  mis facultades fue la profesora Querubina.

- ¡Eres tonto de capirote!

A  mi eso me dolió, porque estaba enamorado hasta las trancas de esa mujer y, aunque tenía diez años y no pensaba pedirle en matrimonio, me dolió.

Sin embargo, aquí estoy. Sesenta   años después. Y mientras  otros más listos  que yo que especularon en bolsa y pisaban alfombra  alquilaron una suite en el Princesa Sofía para arrojarse al vacío, yo , mal que bien aquí ando.

Os voy a contar  un  secreto: nací un 25 de diciembre. Dicen que tenemos  un don...

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