viernes, 24 de febrero de 2017

LEER COMO SE COME

Leer  es  alimentarse. Tan orgánico  , íntimo  y necesario  como  alimentarse.

Reconozco  que  tengo unas carencias importantísimas  en el comer. No tengo gusto.Soy de los  que  meten cosas  por el agujero  de  la cara.Pero disfruto  cuando veo  comer personas que hacen de la digestión una  liturgia. Mastican   lentamente, saboreando, y haciendo del comer un rito. Para  esta  gente  la comida   es algo  muy  serio. 

Saben que  esa  materia prima  ha  hecho  un  largo viaje  hasta llegar a la mesa. Alguien sembró la semilla, regó las hortalizas, podó los frutales, salió de madrugada a pescar, ordeñó  las vacas, realizó la matanza . Un  camionero transportó  esos productos al mercado. Un  cociner@  los cocinó con  mimo  y sabiduría.  Los que comen así tratan de convertir también la sobremesa en un ejercicio moral, casi místico.

Mi  padre era  de esa  cultura  y  viéndome  comer se descomponía. 

Uno   lee  así, como  otros  comen.  Leo  buscando en cada libro la isla del tesoro y a  veces  encuentro el cofre del pirata. Detrás  de un  buen  libro  también  hay  grandes  recorridos, inmensos. Y  a  veces  el precio  de ese  viaje  es  altísimo.

Una  de  las  estampas  que  más  disfruto de fotografiar  es  el de personas leyendo. Absortas, buceando  en unas  páginas, ajenas a  todo.









1 comentario:

  1. TESIS: como vivimos en la sociedad de la imagen sabemos lo que es un cuerpo perfecto.
    ANTÍTESIS: como ya no leemos no sabemos lo que es un alma perfecta.
    SÍNTESIS: nos pasamos el día en el gimnasio.

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