martes, 25 de octubre de 2016

LA VIDA SIGUE DE MILAGRO (FOTICOS)

Este  domingo  subí al Puigacalm.

Día muy brumoso. Una niebla densa, de un gris acerado, casi blanco. La ascensión  es fácil y hacedera. El bosque adquiere  vida distinta, como mágica. La belleza es inefable, casi mística, claustral. Está  lleno de voces de niños. Son muchas  las  familias que vienen a pasar el día aquí. 

Se cruzan en la espesura unos jabalís, una manada de diez. A juego con el encanto de las hojas de este otoño que aquí se muestra rabiosamente sonoras  a  nuestro paso. Me entusiasman estos colores. El alma parece
descansar en este  mundo  etéreo. ¡Dios mío qué paleta de colores !

Los troncos de las hayas parecen gigantes sudorosos perlados de resina y hongos blancos, pequeñitos.

En la cima, que me han dicho que goza de unas vistas exclusivas no se ve nada. La niebla barbuda está muy cerrada.

Regreso encantado.prometiéndome asistir otro día, y pronto, a esa epifanía.

Antes de regresar al aparcamiento caigo por un desnivel . Resbalo  y me siento aéreo durante cuatro metros. La estozolada es de aúpa. Salen dos hombres de un coche y preguntan por mi estado. La verdad es que estoy vivo de milagro. La costalada ha sido   de las que me dejarán  moratones un tiempo. Y poco más.

- No es bueno ir solo a la montaña-  me aconsejan.

¿Qué les puedo decir?

El móvil, que lo llevaba en el bolsillo trasero, roto.

La vida sigue. Es un milagro.






















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